Friday, December 5, 2008

Por renunciar a la virginidad



“La poesía me ha acercado al corazón de las cosas, y me ha permitido acercarme también al corazón de la gente”.
Enriqueta Ochoa, poeta


Me enteré de su muerte mientras manejaba y me estacioné un poco para pensar en ella. Recordé algunos versos de Las Virgenes Terrestres y otros más de La Urgencia de un Dios. Durante una época muy triste de mi vida, los versos de Enriqueta Ochoa me acompañaron noche tras noche. Conocí sus poemas primero, luego, la suerte me la puso frente a frente en Torrreón, en un encuentro de cuentacuentos. Me quedé sin habla, sin saber cómo dirigirme a ella, a ese ser maravilloso que me enseñó tanto con su poesía. Pero estaba ahí, sencilla, habitable, serena, sonriente. Si algo recuerdo de esa noche y de ese encuentro fue su espléndido y pródigo buen humor.
Enriqueta tenía 80 años y estaba enferma, le dolían las rodillas, porque para escribir siempre se sentaba en flor de loto, sólo así le venía la inspiración. Siempre se declaró esotérica, ahora me pregunto si esa es una condición sine qua non de las poetas.
Enriqueta este no es un requiem para ti, este es un homenaje por haberme dejado ver con tus versos que sí, que tus palabras venían de lejos, de otras latitudes, que alguien te las dictaba y que las mujeres no debemos ser y no somos más las virgenes terrestres.




Thursday, December 4, 2008

Donde quiero estar


Hace tres semanas estaba en el Paraiso (bueno casi), el Caribe mexicano me recibió espléndido, soleado, invitador, sugerente y luminoso. Hace tres semanas estaba feliz de encontrarme de nuevo con mis raíces, dicen que todos provenimos del mar, quizá así sea, pero me gusta más la teoría que afirma que somos polvo de estrellas.
De cualquier forma, el Caribe me dio, como siempre, esa sensación de seguridad que sólo se tiene cuando se está en el sitio al que uno pertenece.
El Castillo de Tulum, erguido y desafiante, tal como lo recordaba, era un reto para quienes lo visitabamos, así que burlando la vigilancia nos acercamos todo lo que pudimos, sólo para descubrir la impresionante vista que el mar ofrecía.
Aqui es donde quiero estar para siempre, pensé, cobijada por un sol que se prodiga en brillantez, en un clima que trasmite claridad, limpieza, en un Tulum que aunque era una zona comercial, llena de bullicio ahora trasmite paz.
Es horrible, se han puesto a pensar ¿por qué nunca estamos donde queremos? Lo malo de esto es que no hay un departamento de quejas para mostrar nuestra inconformidad.