Thursday, November 27, 2008

Hemingway en mi vida.



Aunque parezca increíble mi vida siempre ha estado ligada a la de este escritor, desde que tenía 13 años y leí "Por quien doblan las campanas". Después me sale al encuentro por todas partes.




Es un sitio obligado para quien visita Key West, el último de los cayos en Florida, y entre sus atractivos, además de saber que es la casa donde vivió el famoso escritor Ernest Hemingway, está el poder ver una escultura de Picasso del su etapa cubista, y desde luego los 42 gatos que reinan en la mansión del autor de El viejo y el mar. Pero quizá lo más importante es conocer el estudio donde surgió Por quien doblan las campanas.
Todo en la casa emana vida, desde que se cruza el portal de la entrada donde la consabida placa anuncia que ahí vivió el escritor, hasta el cuidado y exuberante jardín en el patio, donde los turistas se sienten como en casa y además de tomarse fotos disfrutan del fresco que dan las palmeras, las aves del paraíso, los rosales, las orquídeas y las decenas de plantas que lo conforman mientras van escuchando las anécdotas de los guías.
La personalidad del escritor se siente tan sólo franquear la puerta principal, donde una escalera divide las dos áreas. A la izquierda se va a la sala y a la derecha al comedor y la cocina.
Melissa Walsh, vecina de Key West y dueña de una tienda de ropa, dice que cada día por lo menos una docena de personas le pregunta como llegar a la casa del famoso escritor.
Y no es para menos, quien visita Key West no quiere perderse de ver este museo. De las paredes de la sala de la casa, penden pinturas de El viejo y el mar novela corta por la que Hemingway ganara el premio Pulitzer en 1953. Pero en el comedor y sobre la chimenea hay una pintura que retrata al escritor que diera a Estados Unidos la gloria de un Nobel.
Esta casa ubicada en el 907 de la calle Whitehead de Key West, se convirtió en el hogar del escritor por 10 años mientras estuvo casado con Pauline Pfeiffer, su segunda esposa, y quien se encargó de decorar el hogar con muebles que hizo traer desde Europa. La sala por ejemplo es española y del siglo XVII y la lámpara de la entrada es cristal italiano.Hemingway llegó a Key West en abril de 1928, después de casarse con Pauline, y su intención era vivir ahí sólo seis semanas ya que el escritor John Dos Passos le había hablado en Paris de ese maravilloso lugar y quiso conocerlo.
Sin embargo, el carácter apacible de sus pobladores, la gran vegetación y la facilidad para practicar la pesca le hicieron acariciar la idea de vivir permanentemente en ese lugar. Fue un tío de Pauline, quien les dio la casa como regalo y pagó por ella $8,000.
Aunque la casa no es muy grande, se respira amplitud, la recámara principal ubicada en el segundo piso, tiene un gran cama española desde donde se puede ver el jardín ya que hay dos amplias ventanas a la izquierda y al frente.
Es también en la recámara donde está el gato que le diera como regalo Pablo Picasso, al conocer la admiración que sentía el literato por los felinos. De hecho muchos de los gatos actuales son descendientes del primero que tuvo el escritor y se llaman Amadea, Spencer Tracy, uno de los favoritos de los turistas, Frances, Nicki Adams, Charlie Chan entre otros nombres.
Hemingway mientras vivió en Key West pasaba las mañanas escribiendo, las tardes pescando y los atardeceres y las noches, explorando la isla. Y fue en ese estudio ubicado en la segunda planta de una casa anexa donde escribió Por quien doblan las campanas, tras regresar de cubrir la Guerra Civil Española .
Y es el estudio el sitio que mejor lo retrata. El cuarto perfectamente iluminado tiene además de sus libros una antiquísima máquina de escribir casi al centro sobre una fuerte mesa de madera. La cabeza de una antílope que Heminhgway cazó en 1934 sobresale del entorno y actualmente adornan el estudio dos pinturas que muestran al mismo, pero tienen al escritor como fantasma.
La casa estilo español fue construida por Asa Tifty un magnate que la rentó a la pareja cuando decidieron vivir en el cayo, después se las vendió.
Una de las anécdotas que más gustan de oír los turistas es la de la alberca, dice Mark Nunez guía de los recorridos. La piscina de los Hemingway fue la primera que se construyó en Key West en 1936 y Pauline la mandó hacer para darle una sorpresa a Ernest, quien estaba cubriendo la guerra en España. A su regreso le encantó la alberca, pero cuando supo que había costado $20,000 sacó de su bolsillo un centavo y se lo dio a Pauline mientras le decía que dadas las circunstancias le hacía entrega de su último centavo. Ese centavo todavía pueden verlo los turistas en el suelo de la alberca.
Ahora la casa se abre todos los días hasta las 5 p.m. para que los turistas de Key West vayan a verla, y se le llama Museo también porque el escritor reunió en esos 10 años innumerables piezas de arte entre esculturas y pinturas.
Pero aunque la casa no tuviera ese atractivo, para quienes la visitan es emocionante saber que se esta pisando el mismo sitio del autor de Adiós a las armas.
Si alguna vez visita Key West no deje de ir a la casa Hemingway, y si ésta no le impreiona, tal vez los gatos que le salen al encuentro por todas partes sí lo hagan.








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