Sunday, November 30, 2008

Rumbo al Sur


Así me atardeció el domingo y aunque la perspectiva de llegar a mi tierra era maravillosa, lo cierto es que entre las dos y las cinco de la tarde la ilusión se transformó en molestia. En una hora avancé cuatro millas. Ahí, metida en el auto, tras el volante, encerrada y ya medio aburrida de escuchar mis cedes favortios pues me puse a darle a la radio y como la programación no era nada buena, los pensamientos que me asaltaron mientras veía la inmensidad de la pradera texana fueron variopintos, por decir lo menos. Primero se me ocurrió, lo obvio, un accidente, luego al ver que no había trazas de algo así pensé que era la diáspora mexicana, sí cientos de mexicas regresando a su tierra por la crisis en USA; luego pensé en que "el que tranza no avanza" por las decenas de automovilistas que circulaban fuera del carril para ganar terreno y meterse después a la línea en detrimento de quienes sí respetamos a los demás.
El cielo estaba como se dice "lleno de borregitos" seña inequívoca en esta latitud del otoño inveral que solemos tener por estas fechas; mientras, en la radio un hombre entrevistado por NPR decía que en este país hay un 10 por ciento de personas en pobreza que ganan menos de 20 mil dólares al año y no pueden alimentar a sus hijos, por eso ellos tienen una organización de ayuda. Pensé que en mi país ganar ese dinero al año lo haría millonarios ( bueno estoy exagerando, lo sé) luego al cambiar la estación, una desmotivada María Marín trataba de motivar pensando en las cosas que tenemos que agradecer en este Día de Acción de Gracias que pasó y yo estaba clara: No iba a agardecer por el tráfico, no señor.
Tarareaba una canción de Chayanne cuando ví otra vez el cielo, luego recordé mi infancia con cielos iguales, después me acordé de un chiste de borregitos, luego uno de pericos, me estaba reindo sola cuando noté que los otros automovilistas me observaban curiosos. Me dieron pena, yo al menos me estaba contando chistes mientras ellos parecían muy aburridos.
Chistes, cansancio, crítica social, borreguitos de nubes, mi infancia, !Que increíble es el pensamiento! de todo cabe en una tarde aburrida y atrapada mientras pretendo llegar al Sur, ahí de perdida sino me encuentro con el Sol al menos encararé a la nostalgia, esa que solemos evitar los desterrados.

1 comment:

Alegoria said...

Es un placer leerte. ¡Qué bueno que te abriste un blog!

Y en efecto, el tráfico es un asco. Menos mal que siempre nos queda la imaginación para fugarnos de la realidad.